Hoy en día el Feng Shui es un antiguo arte que está extendido por todo occidente y se utiliza en el diseño de viviendas, comercios, restaurantes, bancos, etc. Y cada vez son más las personas y empresas que acuden a un experto para hacer un estudio. Aunque en español se conocen popularmente como “los cinco elementos”, los chinos los llaman “wu xing” o literalmente “las cinco transformaciones”.
El Feng Shui considera que la armonía se propicia cuando los cinco elementos están presentes en los espacios que habitamos. Un lugar resultará incómodo y poco favorable, en la medida en que alguno de los elementos no esté representado. Si se produce un exceso o insuficiencia de alguno de ellos provocará graves perturbaciones en el Chi y llevará a la pérdida de equilibrio.
Además, el Feng-Shui recomienda observar la distribución de los elementos en un espacio. Para lograr un estado de armonía en las relaciones los cinco elementos deben estar en equilibrio. No deben entrar en conflicto y conseguirán las condiciones que permitan satisfacer las aspiraciones de los residentes.
La falta o exceso de uno de los elementos generará un desequilibrio en un ambiente de nuestro hogar y sobre todo afectará determinado aspecto o aspiración en una familia, dependiendo en qué sector o punto cardinal de la casa o inmueble se localice o genere dicho desorden energético.
Teniendo en claro lo que representan cada uno de los cinco elementos, en cuanto a la energía que describen, de acuerdo a objetos, formas, colores, horas del día, estaciones del año, puntos cardinales u orientaciones en general, los iremos identificando en los distintos espacios que nos rodean con el fin de poder diagnosticar posibles desequilibrios que nos estén afectando en nuestro diario vivir sin darnos cuenta.
El Feng Shui observa estos cinco elementos y sus efectos para equilibrar y potenciar el CHI (buena energía) de un espacio determinado (casa, negocio, jardín, etc.) Para ello tenemos que tener en cuenta el movimiento armónico de cada uno de ellos y la actividad a desarrollar, además de las influencias energéticas a las que está sometido ese lugar.
Con ello elegimos los colores, formas, materiales y los armonizadores más adecuados para un entorno determinado basándonos en los cinco elementos de la sabia naturaleza. Los cinco elementos en el Feng Shui, como los conocemos, son madera, fuego, tierra, metal y agua.
Cada elemento representa una o dos direcciones magnéticas, trigramas, números Gua, una forma, un color, un tipo de material, profesión, etc. Por ejemplo: en el Feng Shui, la madera representa el este y el sureste y los trigramas sun y chen, y sus respectivos números Gua 4 y 3.
Su símbolo es un rectángulo y se identifica con el color verde. Se asocia a la primavera, y en el cuerpo humano a las cuatro extremidades. Los cinco elementos son 5 maneras en las que se manifiesta la energía. Dependiendo de cómo se mueva esa energía nos va a crear una sensación u otra.
Así esas cinco energías se transforman en una a otra en un proceso denominado Ciclo Creador. Así cada una de las cinco energías origina la energía que le sigue. El Fuego produce la Tierra que a su vez produce el Metal en sus profundidades. La energía contractiva del metal en las profundidades de la tierra produce el Agua que a su vez produce la Madera.
Por otra parte estas energías se controlan unas a otras en el Ciclo de Control. El Fuego controla el metal, el metal controla la madera. La madera controla la tierra, la tierra controla el agua y el agua, el fuego.