Dentro de las barajas más innovadoras y creativas destaca el Tarot de los Vampiros por sus imágenes y diseños. Un vampiro es un muerto viviente dotado de una enorme fuerza y poder. Para mantener su inmortalidad bebe la sangre de seres vivos. Un vampiro está clínicamente muerto, su corazón no late, no respira. Su piel está fría y no envejece, pero aún puede pensar, caminar, hablar y matar.
Por eso, para mantener su inmortalidad artificial, debe consumir sangre periódicamente. Algunos vampiros penitentes se alimentan con sangre de animales. Otros deben cazar y matar a los de su misma clase para subsistir. Aunque la mayoría bebe la sangre de seres humanos vivos.
Muchos de los vampiros más jóvenes optan por beber sangre de animales. Simplemente porque aún no se han acostumbrado a la idea de herir o agredir a una persona. Esto es normal, pero en los primeros meses todos los vampiros acaban aceptando lo que son. Y alimentándose de hombres y mujeres. La forma de pensar del vampiro adopta una serie de comportamientos que son propios de un depredador solitario.
En la Antigüedad, existían diferentes interpretaciones acerca de lo que realmente era un vampiro. Para los gitanos era simplemente un fantasma de alguien que había sido un mago o una bruja. Otros pensaban que los hemofílicos eran vampiros.
Los vampiros son considerados como unos seres desalmados que tienen como única función el tener que matar a los seres vivos para su supervivencia, viniendo de esta manera a ser la expresión de muchos estudiosos cuando mencionan que los vampiros matan a personas que se asemejan a ellos, pero también existe una diferencia de estos vampiros con sus víctimas, pues a pesar de tener apariencia humana, estos seres no pueden ser reflejados en un espejo con el fin de no ser detectados fácilmente; utilizan un poder determinado para poder escapar.
Tienen el poder de convertirse en un murciélago o en una rata o un lobo, pudiendo también desvanecerse en medio de la niebla para una fugaz retirada.
El tarot de los Vampiros
Esta baraja de tarot recrea el fantástico mundo de los no muertos desde la perspectiva del ocultismo del siglo XIX y actualiza el universo de los vampiros vinculándolo al esquema tradicional de los símbolos tarot y al fecundo mito que va desde Drácula hasta el presente.
Tomando el diseño gótico como referencia, este tarot representa una aportación de enorme valor para todos los amantes, aficionados y estudiosos del vampirismo. Las atractivas imágenes transportan al observador a una época lejana donde la oscuridad es la reina.
Este tarot se ha realizado siguiendo fielmente los significados del tarot tradicional, así su interpretación es más fácil para los neófitos mientras que los más expertos podrán inspirarse en el mundo gótico y romántico de estos naipes a la hora de interpretar sus tiradas.
El tarot de los Vampiros se basa en las barajas tradicionales del tarot, como el Tarot de Marsella. Como ellas cuenta con 78 cartas de las cuales las 22 primeras se consideran Arcanos Mayores que representan el camino del hombre a lo largo de su existencia. En una tirada, como ya sabemos, los arcanos mayores hacen referencia a los acontecimientos más importantes de la vida del consultante. Las otras 56 pertenecen a los Arcanos Menores.
En el tarot de los vampiros se entiende por metáfora el paralelismo simbólico existente entre el vampiro y el hombre. La sed del vampiro, por ejemplo, es metáfora de la avidez insaciable del hombre; y su poder humano.
Del mismo modo, sus pasiones y amores son metáforas de la naturaleza humana, y así también su soledad. La extraordinaria fuerza de atracción que representa el icono del vampiro proviene justamente de este paralelismo, y por consiguiente de la felicidad con que cada hombre y mujer se identifican con él.
Sería un error, sin embargo, pensar que el vampiro es sólo reflejo del lado oscuro del hombre. Es cierto que cada uno de nosotros existe un lado oscuro, donde se recogen todos nuestros miedos y debilidades, pero el vampiro también posee un fuerte lado luminoso, que de igual forma refleja la naturaleza humana.
En el vampiro, luz y sombra están amplificados: son más visibles, más evidentes y más claros; y en el fondo siguen siendo un espejo de nuestra humanidad. Se podrá apreciar que resulta más sencillo acercarse a las situaciones o a las personas moviéndose dentro de la metáfora a conclusiones reales, referidas al consultante.