El Feng Shui, es el arte basado en el equilibrio del Chi y la armonía de las personas con el ambiente que les rodea. En esta disciplina, el dormitorio es el lugar de la intimidad personal. Un santuario donde retirarse para lograr descanso físico a través del sueño. Pero también el espacio para lograr la desconexión más profunda que solo proporcionan la meditación y la práctica espiritual.
Para conseguir un buen Feng Shui en nuestro dormitorio no necesitamos una brújula, ni un cuarto de excepcionales dimensiones, ni tan siquiera un extenso manual. Solo debemos cuidar el equilibrio, la armonía y la proporción. La justa medida es un buen camino hacia el descanso.
Un dormitorio con un buen Feng Shui nos permitirá despertarnos mucho más descansados, en paz con nosotros mismos y, sobre todo, con vitalidad suficiente para afrontar el nuevo día.
Qué forma debe tener tu dormitorio
La forma más apropiada para un dormitorio con buen feng shui es la cuadrada o un rectángulo cercano a un cuadrado. Es la geometría que corresponde al elemento Tierra y la que aporta mayor estabilidad y equilibrio al Chi. Además, una forma irregular puede crear esquinas que generen malas vibraciones.
Según las reglas del Feng Shui, en un dormitorio hay que dar protagonismo a la fuerza Yin por encima del Yang. Por tanto, deberemos incluir más elementos del primer grupo. Son elementos Yin, por ejemplo, un ambiente silencioso, revestimientos suaves como las alfombras y amplios espacios vacíos. También el mobiliario sin ángulos marcados, los asientos bajos o la iluminación indirecta.
Posición de la cama según el Feng Shui
Lo más importante a tener en cuenta a la hora de decorar nuestra habitación de acuerdo con el feng shui es la posición de la cama con respecto a la puerta, ventanas y paredes. La cabecera de la cama debe tener detrás de ella la pared más alejada de la puerta.
Al mismo tiempo, la cama no debe estar en línea recta con la puerta de entrada o del baño. El respaldo de la cama simboliza el respaldo y la seguridad en la vida. Por eso preferimos una pared o tabique sin ventanas detrás de la cama. Si además contamos con un buen respaldar, tanto mejor. No debería haber ventanas o espejos detrás de la cama, ya que pueden debilitar la sensación de respaldo.
En cuanto a la orientación de la cama, cualquiera es buena pero cada una favorece un aspecto concreto. Así una cama orientada al Sur fortalece la intuición y estimula los sueños y la capacidad de retención. Una cama orientada al Norte favorece la salud y la energía vital. Si está orientada al Este atrae el dinamismo y ganas de vivir. Una cama orientada al Oeste constituye un buen mecanismo contra el estrés y la agitación.
Armario y ventanas
Otro de los muebles importantes en la habitación es el armario, los más aconsejables son los de de bordes redondeados y de sencillo diseño. En ocasiones, la acumulación de ropa en armarios acaba dando lugar a rincones atestados de prendas donde ni siquiera somos capaces de encontrar lo que buscamos.
Si hay una ventana colócale cortinas bien pesadas, si hay un espejo, muévelo a otro lugar. Es preferible que no haya nada colgando sobre la cama. Si esto fuera inevitable, procurar siempre que se trate de cosas livianas, como lámparas de papel. Las paredes con cañerías estimulan la energía vital (o chi) y, por tanto, interfieren en el descanso y favorecen el insomnio. Por último, no debemos colocar la cama cerca de una viga, ya que estos elementos aportan una sensación de carga que acaba siendo un mal augurio.
La sensación de desorden resulta muy desestabilizadora, especialmente si tenemos en cuenta que hemos de abrir el armario cada mañana antes de salir a la calle. La imagen que esos cajones proyectan sobre nuestra personalidad resulta hostil y acabará afectando a nuestra autoestima.
No sólo hemos de ordenar los armarios tanto como sea posible sino que es aconsejable prescindir de aquello que no vayamos a usar. El Feng Shui cree en el equilibrio, de modo que eliminar lo que no nos interesa permitirá generar espacio para que llegue a nuestra vida algo que sí nos sea de utilidad.
Los colores y la iluminación
La luz y el color representan la interacción del yin yang por eso su correcta aplicación es fundamental en la creación de un ambiente sosegado. Un dormitorio no debería estar pintado con colores demasiado fríos o demasiado estimulantes, el efecto de ambos grupos de acuerdo al Feng Shui es el mismo: por exceso o por carencia generan intranquilidad y dificultan el reposo.
Los colores más adecuados para decorar la habitación son los pasteles suaves o colores no estridentes que generen asentamiento y tranquilidad: salmón, rosa, colores terrosos, vainilla, limón, verdes y violetas suaves que romperemos para crear un equilibrio a través del uso de los complementos: colcha, edredones, cuadros, muebles, etc… Los elementos tierra como alfombras y jarapas son bienvenidos, así como baúles o bancos a los pies de la cama.
La ropa de cama debe tener colores cálidos y preferentemente planos. Tonos lisos y suaves que nos abriguen a través de nuestra percepción visual. Según el Feng Shui, la suma de los colores y un tacto agradable hará de nuestra cama un lugar apetecible y, en el caso de la vida en pareja, un entorno tierno y acogedor.
La iluminación debe estar muy cuidada, donde las luces tenues son las protagonistas, transmitiendo relajación y calidez. Las lámparas de mesa son ideales ya que iluminan de forma suave puntos clave. Es muy importante evitar la luz directa sobre la cama.
Otro punto de gran importancia se refiere a la calidad del aire de nuestra zona de sueño. Algunas personas tienen la costumbre de cerrar de forma hermética el dormitorio, y llegado un punto durante la noche generan hipoxia en su sistema orgánico. Si bien es cierto que no debemos estar expuestos a corrientes directas sobre el cuerpo, también lo es, que no debemos descansar en un lugar estancado. Por lo que el dormitorio debe estar ventilando evitando corrientes de aires y sensaciones de claustrofobia.
Otros elementos a tener en cuenta
Para el feng shui la presencia de espejos en el dormitorio no es adecuada, ya que estos activan el chi en un lugar donde se pretende la relajación y el descanso. Por eso el feng shui recomienda un dormitorio sin espejo. Además de mover la energía de los ambientes y producir un chi demasiado poderoso como para que el durmiente se relaje, los espejos pueden reflejar el alma del durmiente y puede perturbarla al verse reflejada.
Pese a esto, si queremos colocar uno en nuestra habitación, debemos ubicarlo en un lugar que no sea visible desde la cama. Ya que los espejos colocados frente a la cama disminuyen la relajación y la calidad del descanso, porque hacen que rebote la energía sobre nuestro cuerpo. Los cuadros que hacen referencia al agua es mejor no incluirlos en esta decoración, ya que se dice que esta agudiza los problemas con el asma, la alergia y otros problemas respiratorios.
También debemos evitar todos los elementos activadores. Así que los televisores, ordenadores, fax, peceras y en general todos los que sean dinámicos o generen ruidos deben evitarse. Eso no incluye la radio, el equipo de música o el teléfono. Pero si la bicicleta estática, la tabla de flexiones y demás objetos que nos recuerden actividades muy dinámicas.
Con todos estos consejos conseguiremos, en cierta medida, proteger nuestro dormitorio, fomentando las buenas sensaciones y la paz necesaria para un correcto descanso.