Una baraja de tarot es un conjunto de cartas lleno de elementos simbólicos que deben tenerse en cuenta en su conjunto. Puede ser que, en ocasiones, no demos importancia a la numeración que aparece en las cartas, pensando que sólo es una forma de ordenar las cartas, pero esto no es así.
La numeración de las cartas del tarot se abren a un nuevo reino entero de la mística y la metodología. Así, conocer el significado del número de cada una de las cartas que están numeradas ayuda a interpretarlas.
Es más que conocida la faceta esotérica y mágica de los números, de la que se ocupa la antigua disciplina de la numerología. Los números, según este método, representan vibraciones energéticas universales que repercuten en la vida de las personas en la medida que los números se relacionan con ellas.
En su forma más simple, la numeración de las cartas de Tarot puede proporcionar luz en una lectura difícil. Los significados del número de una carta también dan un punto de vista diferente en la búsqueda de soluciones con las tarjetas. Pero también el número asignado a cada carta ofrece una guía de conocimiento basada en la simetría, la geometría y la congruencia que ayudará enormemente a precisar las lecturas.
Numeración en Arcanos Mayores y Menores
El Tarot utiliza la numeración romana antigua. Pero, para penetrar en la esencia de los números, los convertiré en los que usamos hoy en día: los árabes. Antes de analizar los números asignados a cada carta, vemos ya el primer aspecto mágico de los números en la cantidad de Arcanos Mayores que forman una baraja tradicional de tarot.
Veintidós es un número bastante extraño para cualquier occidental ya que solemos trabajar con números terminados en 0 o 5. También con los números sagrados más conocidos como el 3 o el 7. Pero 22 es el número maestro más perfectamente equilibrado y que en su esencia encierra evolución espiritual y éxito terrenal.
Por su parte, en los Arcanos Menores, existe un significado progresivo de los números asignados a cada carta con el que se relaciona el palo al que pertenece desde el uno, que es el principio en sí mismo, hasta el 10 que es dicho principio completamente desarrollado.
Así, en los Arcanos Menores, cualquiera carta con el número uno siempre será un inicio, un empuje inicial, una intención fundamental, y el palo nos dirá en qué sentido se articulará dicho impulso, si en lo relacionado con el mundo de lo cotidiano (Oros), con el de las ideas (Espadas), las emociones (Copas) o de la voluntad (Bastos).
Los diez números que aparecen en los arcanos menores se organizan en tres grupos: El primer grupo comprende desde el número 1 hasta el 4 y la vida material, cotidiana, y su consecución. El segundo grupo está formado tan sólo por el 5 que es medio y simboliza la transición. Y el último grupo formado por los números del 6 al 10 que representan la vida espiritual y su plasmación.
A parte de este simbolismo, cada número actúa a través de los palos asignados, sean bastos, copas, espadas u oros. Así cada uno de los palos representaría una modalidad en la que se manifiesta la tendencia de un número.
Una característica a tener en cuenta es el trazo que distingue a cada número, pues unos están formados, principalmente, por trazos rectos, otros por curvos y los hay con líneas curvas y rectas a la vez. Usualmente se asocian los números formados por trazos curvos a tendencias simbólicamente femeninas y los rectos a las masculinas o andróginas en los trazos mixtos.
Por otra parte, el círculo se asocia tradicionalmente con el espíritu, el semicírculo con el alma, y la cruz o unión de dos rectas, es alegoría del cuerpo. Los símbolos de los planetas se configuran también a partir de esos caracteres, combinándolos entre sí. Así los hallamos en ciertos tarots y, hasta en el alfabeto que está configurado por una serie de signos en que se reconocen perfectamente rasgos curvos, rectos o mixtos. O por decirlo de otra manera: femeninos, masculinos o andróginos.
Desde el 0 hasta el 9, todos los números son signos distintos aunque con formas comunes o parecidas entre sí, igual que ocurre con los símbolos planetarios y con las imágenes del Tarot.
Por ello se establece que, con el número 10 se retorna a la unidad como en un nuevo ciclo del 1; con el 20, a la dualidad, con el 30 a la trinidad… pero, a partir del 10, cada número es una combinación de dos cifras que ya se han visto en cartas anteriores.
Cada uno de los diez primeros números aporta diferente información, significado y simbología, según su aspecto, y su paridad o disparidad. Pese a ser números formados por dos unidades los números del 11 al 21, aportan información adicional a una lectura de cartas.
El número uno es el número de los comienzos, los líderes y los emprendedores. El uno es el primero, el que va en cabeza y se basta a sí mismo. Ser número uno significa destacar en solitario y ser el mejor en algo, de ahí que represente la fuerza de voluntad, la determinación y el poder de decisión. Simboliza también todo lo que está en potencia y puede ser posible más adelante.
El número uno, unido a los Bastos, aumenta la capacidad de iniciativa y la fuerza de arranque en cualquier proyecto o negocio que quiera ponerse en marcha. Junto a las Copas, habla de grandes amores, de inspiración creativa y sentimientos exaltados. Unido a las Espadas, el uno inspira la lucha por conseguir grandes ideales, y da coherencia al discurso de líderes mediáticos. Y en unión a los Oros, el uno habla de éxito material y de inversiones rentables.
El número dos representa la diferenciación y el complemento. También el dualismo, pues en su naturaleza puede darse la simetría, como vemos en el cuerpo humano que desde los hemisferios cerebrales hasta los pies, está lleno de pares que se apoyan y complementan.
Y pueden darse los pares de opuestos complementarios, donde la existencia de un opuesto ofrece la oportunidad de la comparación dando sentido al contrario. Por ejemplo, los pares de opuestos: día y noche, bien y mal, frío y calor, blanco y negro, amor y odio. Los dos son además portadores de circunstancias providenciales y protectoras.
El número dos junto al palo de Bastos, anuncia la posibilidad de establecer una alianza, asociación o colaboración provechosa. El dos de Copas, habla de amor compartido, de espíritu de sacrificio y favor providencial. El dos de Espadas, augura suerte con las amistades, afinidad de ideas, cooperación desinteresada y buen compañerismo. Y junto a los Oros, el dos representa la protección material y las ayudas oportunas.
El número tres es el número de la forma, ya que no existe cuerpo ni volumen sin las tres dimensiones conocidas -ancho, largo y alto-, y esa forma que representa lo ya estructurado, conlleva también un compromiso de aceptación. Con los tres surge la necesidad del planteamiento, se acrecienta el sentido del deber y se asumen responsabilidades. Asimismo el tres representa la etapa de tránsito entre un período teórico que termina y otro más práctico que comienza.
El tres junto a los Bastos, anuncia una responsabilidad que debe asumirse. Unido a las Copas, el tres indica la aceptación de un compromiso sentimental. El tres de Espadas advierte sobre contrariedades que están por llegar o errores de cálculo. Y en unión con los Oros, habla de reconocimiento profesional, distinción. Nombramiento.
El número cuatro representa el espacio, el mundo tangible y material. A la vez hace referencia a la funcionalidad, lo físico, logro, humildad, sencillez. El fruto, el producto, el hijo, el creador creado. La ubicación, los puntos cardinales, las cuatro paredes, la cruz, el encasillamiento. La organización, el orden, la estabilidad, el poder. La razón, la voluntad por antonomasia, la terquedad, la constancia, el método, la practicidad.
En una próxima entrada analizaremos y comentaremos el resto de los números que pueden hallarse en una baraja de tarot, espero que os haya resultado interesante. Hasta Pronto.