La oligoterapia es una terapia alternativa que se basa en el uso de los oligoelementos. Estos son elementos minerales presentes en nuestro organismo en concentraciones muy bajas pero esenciales para el correcto funcionamiento de las reacciones metabólicas del cuerpo humano. Los oligoelementos tienen un papel muy importante en el metabolismo. Ya que actúan como cofactores. Un cofactor es una sustancia que actúa como colaborador imprescindible de las enzimas.
Las enzimas son las encargadas de facilitar la realización de las distintas reacciones bioquímicas en el organismo. Si éstas no están presentes, las reacciones bioquímicas se darán pero con una velocidad tan lenta y un gasto de energía tan grande, que pueden llegar a ser incompatibles con la vida. Por este motivo, cuando los oligoelementos no funcionan de la manera correcta, tampoco las enzimas lo hacen. Todo esto se traduce en una serie de alteraciones en el metabolismo. Lo que en el paciente se expresa como una disfunción (alteración leve de la función de un órgano) o con un estado más grave como una enfermedad concreta.
La principal ventaja de la oligoterapia es que, al utilizar sustancias propias de todos los seres vivos y en las concentraciones normales para el funcionamiento de un organismo, carecen de toxicidad o contraindicaciones. Por esto, se pueden utilizar para tratar diferentes patologías en la infancia. Es muy útil en infecciones respiratorias de repetición, por ejemplo, o en embarazadas.
Así mismo, tiene una eficacia muy alta en el tratamiento de determinadas lesiones o situaciones adversas en el deportista. Desde un catarro común a una contractura muscular pasando por esguinces o alteraciones articulares. Además, los deportistas profesionales pueden tomar oligoelementos sin que tengan ningún problema de dopaje. Ya que trata de sustancias propias del organismo y en dosis fisiológicas.
Cuándo es necesaria la oligoterapia
Este conjunto de síntomas definirán lo que llamaremos patología funcional, dentro de la cual podemos definir 4 grandes síndromes, cada uno de los cuales es tratado con uno o varios oligoelementos asociados. Cuando los sistemas de regulación funcionan demasiado se produce un síndrome hiperreactivo. Falta manganeso. Los sistemas de regulación no funcionan lo suficiente: síndrome hiporreactivo (Manganeso-Cobre). Si los sistemas de regulación funcionan de forma anárquica o inadecuada se produce un síndrome distónico (Manganeso-Cobalto). Por último, si los sistemas de regulación casi no funcionan: síndrome anérgico (Cobre-oro-Plata).
Un poco de historia
Ya en el siglo XIII, se utilizaba la oligoterapia. Por ejemplo, Arnauld de Villeneuve administraba pedazos de esponja marina asados a los enfermos que padecían bocio. Con ello, conseguía grandes mejorías, pero no sabía que se debía al yodo que contenían.
A finales del siglo XIX, G. Bertrand expone la importancia del Manganeso para el correcto desarrollo del organismo, ya que hasta ese momento, los oligoelementos eran considerados impurezas que no poseían función alguna. En los años treinta del siglo pasado, Menetrier, tomando como base los descubrimientos de Bertrand desarrolla la actual Oligoterapia y establece sus bases, además de profundizar en el efecto terapéutico de diferentes oligoelementos. En la actualidad seguimos investigando sobre la aplicación de nuevos oligoelementos en diferentes enfermedades.
Cómo funciona la oligoterapia
Los oligoelementos están relacionados con multitud de procesos metabólicos, su importancia aunque pase desapercibida, es tal que nuestro cuerpo no podría funcionar sin ellos. En ello radica su uso en la práctica médica, el déficit ó exceso provoca mal funcionamiento de las funciones corporales.
La oligoterapia, lo que pretende una vez detectada esta situación, es administrar al paciente los oligoelementos correspondientes que están fallando en ese organismo, para que los procesos que no se están dando de la manera correcta vuelvan otra vez a la normalidad.
Su principal función es la de catalizar reacciones químicas, es decir, facilitan el trabajo de los enzimas, que son los encargados de realizar dichas reacciones, cuyo conjunto constituye el metabolismo de nuestro cuerpo. Al aportar los oligoelementos catalíticos correspondientes, hacemos que los sistemas de regulación funcionen mejor, permitiendo así la recuperación del equilibrio hacia un estado de compensación, es decir de salud.
Este es el momento donde los oligoelementos son más efectivos. En el caso en que no hiciéramos nada, el desequilibrio funcional evolucionaría hacia la aparición de una patología orgánica (con alteración de estructuras de nuestro cuerpo), donde podemos diferenciar 2 fases: entraríamos en un estado lesional reversible, donde los oligoelementos aún tienen capacidad resolutiva, y si sigue el desequilibrio, después aparecería un estado lesional irreversible, en el que el papel de los oligoelementos ya es limitado.