La percepción extrasensorial es un tipo de sexto sentido que se basa en la capacidad de percibir la dimensión sutil o el mundo invisible. Allí donde habitan ángeles, fantasmas, el Más Allá, etc. También incluye nuestra capacidad de comprender la relación sutil de causa y efecto más allá de la comprensión del intelecto.
Es decir, la percepción extrasensorial se es la capacidad de recibir o de enviar información por medios ajenos a los cinco sentidos.
Percibimos el mundo físico o visible a través de los cinco sentidos, nuestro espíritu (los sentimientos) y nuestro intelecto (la capacidad de tomar decisiones). Cuando se trata del mundo invisible o sutil, lo percibimos a través de los cinco sentidos sutiles, la mente sutil y el intelecto sutil. Es lo que se conoce popularmente como sexto sentido. Cuando el sexto sentido se desarrolla o activa, nos ayuda a experimentar el mundo o la dimensión sutil. Esta experiencia del mundo sutil también se conoce como experiencia espiritual.
Con el nombre de percepción extrasensorial se agrupan toda una serie de hechos que se salen de lo normal, cuyas manifestaciones no han sido clasificadas por la ciencia y para los cuales no se ha dado ninguna explicación. Consiste en varios tipos de fenómenos de transferencia de energía e información que no es explicable a través de mecanismos físicos o biológicos conocidos.
Tipos de percepción extrasensorial
Los tipos específicos de percepción extrasensorial incluyen: Percepción de eventos que se producen en otros lugares. Por ejemplo, la clarividencia o la clariaudiencia. También la percepción de sucesos que pasaron en otros tiempos. Como la precognición, retrocognición, sueño lúcido, erc. Otro tipo de percepción extrasensorial sería la habilidad de sentir y comunicarse con gente que se encuentra en lugares lejanos (telepatía). Que están en el Más Allá (espiritismo), o en otras dimensiones (proyección astral).
Existen muchos otros poderes de percepción, de acuerdo a diferentes culturas y diferentes épocas. Al estudio de estas capacidades se le llama parapsicología. Esta disciplina además investiga otros temas y habilidades similares que están fuera de la explicación científica. Algunas de ellas asociadas con la percepción extrasensorial como la psicometría o la psicoquinesis.
La forma más conocida de la percepción extrasensorial es la clarividencia. Esta práctica se define como la aptitud de acceder a un conocimiento que nadie posee y que proviene del mundo sutil. Se conoce también como visión remota porque el clarividente no necesita estar cerca de la ocurrencia o relacionado con la persona con la experiencia psíquica.
La telepatía es un fenómeno que consiste en la comunicación directa de pensamientos y sentimientos entre una mente y otra sin uso de medios sensoriales. Y al margen de la distancia que pueda haber entre emisor y receptor y de los obstáculos materiales que se encuentren entre ambos.
Todos, alguna vez, hemos experimentado lo que llamamos telepatía. Cuando repentinamente recordamos a alguien y recibimos carta suya o toca al timbre de nuestra puerta. Si deseamos que una persona se gire para mirarnos y lo hace. O cuando llamamos y el teléfono suena ocupado porque esa persona, a su vez, nos está llamando a nosotros.
Para que las fuerzas telepáticas funcionen y sea posible transmitir sentimientos o pensamientos a distancia es preciso un sentimiento afectivo entre los individuos involucrados o un acontecimiento emocional. La experiencia telepática puede manifestarse durante el sueño o durante la vigilia en forma de pensamientos, imágenes mentales, alucinaciones visivas o auditivas, o como emociones repentinas.
La telepatía se puede aprender y educar. Aunque al igual que con las condiciones físicas, hay personas más preparadas que otras para poder desarrollarla. Unas son más sensibles, mejores emisores o receptores. Podemos comparar esa facultad con nuestros músculos, todos los tenemos, pero no todos nos convertimos en atletas, si no los ejercitamos apropiadamente. O sea, nacemos con ellos, y según el uso que les damos serán más o menos fuertes.
Una cosa que hay que tener en cuenta es el cumberlandismo (falsa telepatía). Es un proceso en el cual se adivina el pensamiento de otra persona en base a conjuntos de movimientos reflejos ligados a las imágenes mentales que se van sucediendo..
El prestidigitador e ilusionista inglés Cumberland Stuart, lo practicó por primera vez en el teatro dejando a todos los espectadores sorprendidos con su espectáculo «telepático».
Otras clases de percepción extrasensorial
Muchos experimentamos, en algún momento, la sensación de haber vivido anteriormente lo que estamos viviendo en el presente, ésta es otra forma de percepción extrasensorial llamada precognición, o sea la capacidad de ver los eventos con antelación, de hacer predicciones o de emitir advertencias sobre el futuro. Un ejemplo radica en las impresiones de «déjà-vu». La precognición es la capacidad de hacer predicciones válidas de incidentes del futuro y predecir resultados de las acciones antes de que se produzcan. Una persona generalmente tendrá un sueño vívido, visión o percepción sobre el evento que aún no ha sucedido, pero está a punto de ocurrir.
Así, podemos entrar en un lugar desconocido y percatarnos de que nos es muy familiar; o conversar con un amigo y darnos cuenta de que sabemos de antemano lo que va a decir.
La clariaudiencia se refiere al fenómeno de las voces, la música y otros ruidos, causados por personas, eventos o espíritus que no pueden ser detectadas por el oído normal. La persona clara oyente oye frecuencias que sólo se pueden conseguir mediante el uso de las capacidades de PES. Las frecuencias observadas van desde sonidos incomprensibles hasta conversaciones enteras.
La psicoquinesia es otra de las clases de precepción extrasensorial y se basa en la capacidad de la mente para influir sobre la materia, esto es, sin valerse de ninguna clase de artilugio físico conocido para llevar a cabo alguna transformación en un objeto.
Un poco de historia
El Dr. J. B. Rhine condujo los primeros experimentos científicos en las decadas de 1930’s y el 40’s en la Duke University. El Dr. J. B Rhine hacia que la gente tratara de adivinar cuál de cinco símbolos estaría en la cara de un papel que se encuentra lejos de ellos. Las probabilidades de adivinar correctamente son una en cinco o el 20%. Pero el Dr. J. B Rhine encontró que mucha gente tenía una tasa de exactitud mucho más alta que el resto. En algunos experimentos las probabilidades en favor de que existe la P.E.S. eran de 22 mil millones a uno.
Esto probó que ocurría algo que permitía que la gente adivinara qué tarjetas eran escogidas, y en general adivinaba con una exactitud notable. Sus experimentos también demostraron que la distancia, el espacio y el tiempo no jugaban ningún efecto significativo sobre el éxito del fenómeno.
Un sujeto altamente entrenado en Francia podría conjeturar el resultado de una tarjeta dibujada en los E.E.U.U. del mismo modo que cuando estaba a través del Océano Atlántico, como cuando se sentaba directamente enfrente de la persona que dibujaba las tarjetas.
La persona intuitiva o psíquica, recibe las imágenes mentales de significado real o simbólico al viéndolas con el llamado tercer u ojo interno. Le permite proporcionar detalles específicos sobre personas, lugares, circunstancias que rodean ciertos acontecimientos y fenómenos paranormales.
Así, podemos tomar unos naipes, barajarlos y probar a nombrarlos o, por lo menos, a determinar su color. Para que mostremos facultades de clarividencia, el número de respuestas correctas debe ser mayor que el dado por el cálculo de probabilidades.
El resultado no tiene que ser cien por cien exacto, sino superar de manera significativa y consistente la esperanza matemática. Muchos de los fenómenos clarividentes pueden ocurrir durante el sueño. En estos casos el sujeto ve las escenas con una claridad fotográfica.
A esta modalidad se le conoce con el denominativo de clarividencia onírica. Pero no se descarta en este tipo de fenómenos la posibilidad de que se trate de una captación telepática inconsciente e incluso de una precognición onírica. Sin embargo, en los momentos de vigilia no es
frecuente que la persona obtenga una visión consciente tan clara como las del sueño, a no ser que sea un buen sensitivo.
Esto es debido a que en esos momentos del sueño nuestra mente se encuentra liberada del filtro del raciocinio consciente así como la de estar en un estado de baja frecuencia cerebral. Pero el fenómeno de la clarividencia no sucede sólo durante el sueño.
Cualquier momento y circunstancia puede ser el detonante, no sólo para este fenómeno, sino para cualquier otro. Así vemos que son muchos los casos de niños que dicen ver, oír o sentir cosas que nosotros los adultos no podemos percibir y entonces se les acusa de fantasiosos, aunque no siempre es así.
Por otro lado, aquel que los tenga en casa podrá comprobarlo, los animales parecen tener una capacidad especial de PES sobre las cosas y personas. Esto demuestra que el fenómeno no es propio del ser humano, ni es invención nuestra, aunque sea improbable científicamente, por ahora.