La alquimia es una creencia esotérica que está vinculada a la transmutación de la materia. Las prácticas y experiencias de la alquimia fueron clave en el desarrollo original de la química. Los alquimistas buscaban la piedra filosofal para transformar cualquier metal en oro. En la Edad Media, los alquimistas tenían como meta modificar su ser interior para alcanzar un estado espiritual más elevado. pensaban que con la transmutación de los metales en oro podían lograrlo.
Esa transmutación, conocida como la gran obra, debía realizarse en presencia de la piedra filosofal. Su preparación fue la tarea que se impusieron los alquimistas. En el siglo XIII, el objetivo de la alquimia incorporó la búsqueda del elixir de la larga vida. Este elixir se lograba preparando infusión de la piedra filosofal. Se suponía que eliminaba enfermedades y prolongaba la vida. La alquimia es una disciplina filosófica que incluye nociones de química, física, astrología, metalurgia y el espiritualismo. Para muchas personas que se guían por las leyes de la ciencia moderna los supuestos e ideas de la alquimia son mentira o irreales.
Qué dice la ciencia sobre los alquimistas
Sin embargo, muchos consideran que algunas cuestiones de la ciencia moderna en sus diferentes ramas pueden llegar a tener relación con los principios de la alquimia antigua. La piedra filosofal era algo buscado y codiciado por los alquimistas porque se le suponían virtudes maravillosas, no sólo la de conseguir el oro sino la de curar algunas enfermedades y otorgar la inmortalidad. Por medio del elixir de la vida o panacea universal que se lograba a través de la piedra filosofal.
Para la fabricación de oro se buscaba un material que facilitase la mezcla de mercurio y azufre porque se suponía que ese era el camino acertado. A partir de esa mezcla hallarían el noble metal. Estos dos aspectos están relacionados, una característica del oro es que no se oxida a diferencia de otros metales, es decir el oro es «inmortal». Por lo tanto si descubrían como formar oro tal vez podrían hacer que el pobre cuerpo mortal se volviera inmortal.
Historia de la Alquimia
El misterio y la magia que rodean a la alquimia y a la búsqueda de esa citada piedra han dado lugar a que en el arte se desarrollen un amplio número de obras que giren en torno a ellas. Sin lugar a ninguna duda, la alquimia ha sido la madre de la actual química y aquellos misteriosos alquimistas, huyendo de los preceptos religiosos y de la inquisición sentaron las bases a lo que fue posteriormente el moderno desarrollo científico.
Nacida en el antiguo Egipto, la Alquimia empezó a florecer en Alejandría, en el periodo helenístico. Más o menos en la misma época, se desarrolló una escuela de alquimia en China. Ya en los escritos de algunos filósofos griegos se anticipan las primeras teorías químicas. Se cree que el emperador romano Calígula apoyó experimentos para producir oro a partir del oropimente, un sulfuro de arsénico. El emperador Diocleciano ordenó quemar todos los trabajos egipcios relacionados con la química del oro.
La alquimia, como sucedió con el resto de la ciencia árabe, se transmitió a Europa a través de España. Gracias al extraordinario florecimiento que las ciencias y las artes experimentaron en Al-Andalus durante la edad media. Los primeros trabajos existentes de la alquimia europea son los del monje inglés Roger Bacon y el filósofo alemán Alberto Magno; ambos creían en la posibilidad de transmutar metales inferiores en oro.
Contribuciones de la alquimia a la ciencia
La piedra filosofal también aparece vinculada al elixir de la vida, una sustancia que permitiría curar todas las enfermedades y posibilitar la vida eterna. Pese a la inexistencia de esta poción, muchos alquimistas, como Paracelso, lograron importantes descubrimientos en la farmacéutica. Paracelso sostenía que la enfermedad procedía del exterior por lo cual creó diversos remedios minerales con los que el cuerpo podría defenderse. Identificó las características de numerosas enfermedades, como el bocio y la sífilis, y usó ingredientes como el azufre y el mercurio para combatirlas. Muchos de sus remedios se basaban en la creencia de que lo similar cura lo similar, por lo que fue un precursor de la homeopatía.
Aunque los escritos de Paracelso contenían elementos de magia, su revuelta contra los antiguos preceptos de la medicina liberó el pensamiento médico, permitiéndole seguir un camino más científico. Paracelso sostenía que la enfermedad procedía del exterior por lo cual creó diversos remedios minerales con los que el cuerpo podría defenderse. Identificó las características de numerosas enfermedades, como el bocio y la sífilis, y usó ingredientes como el azufre y el mercurio para combatirlas. Muchos de sus remedios se basaban en la creencia de que lo similar cura lo similar, por lo que fue un precursor de la homeopatía. Aunque los escritos de Paracelso contenían elementos de magia, su revuelta contra los antiguos preceptos de la medicina liberó el pensamiento médico, permitiéndole seguir un camino más científico.