El fuego está en todas partes, en nosotros y a nuestro alrededor, invisible y visible. El fuego es creador y destructor, regenerador y purificador. Este elemento ha dejado un reguero de descubrimientos, evolución, desarrollo, así como de caos, destrucción y aniquilamiento a lo largo de la historia y en cada rincón del planeta. Sin embargo, existe una faceta más profunda y menos conocida de este misterioso elemento: el del culto. El culto al fuego en sus diversas facetas es uno de los más antiguos de la humanidad y ha sido utilizado en los más diversos rituales de las culturas de la era pre cristiana, y como elemento para la adivinación por los antiguos adivinos, chamanes y santeros. La piromancia es una manifestación más de cómo este elemento influye en el ser humano.
La piromancia es la disciplina que se basa en el estudio del color, chasquido o disposición de una llama para predecir el futuro. Esta práctica, es muy común, aun en personas que desconocen el término, o ajenas a toda práctica o creencia en el ocultismo. En el momento en que nos quedamos ensimismados, observando el fuego, e imágenes mentales empiezan a surgir, en ese momento; estamos practicando la Piromancia, solo que muchas veces no sabemos cómo interpretarlo.
Un poco de historia
Nuestros antepasados vieron en el fuego un elemento sobrenatural, tal vez la emanación o el atributo de un dios, de una divinidad de la naturaleza. Por eso, rápidamente y de forma natural se les ocurrió consultarlo y leer presagios en él. Así, en el Antiguo Egipto este arte adivinatorio se realizaba quemando una hoja de papiro lentamente y observando las formas que el fuego mostraba.
En la antigua Grecia, las vírgenes del Templo de Atenea en Atenas, y posiblemente también los seguidores de Hefestos, el dios del fuego y la forja, practicaban regularmente la piromancia. En la antigua China se practicó la piromancia desde el neolítico. Durante las dinastías Shang y Zhou, se practicó una forma de piromancia aplicando calor a los huesos oraculares (principalmente grandes escápulas de buey o caparazones de tortuga). Se practicaban orificios en los huesos, y al aplicar una varilla al rojo el hueso se quebraba, produciendo una grieta que era interpretada por el adivino.
La Piromancia, se nutre de esta respuesta natural del ser humano ante el fuego, y de cómo, en ese momento de reflexión ante él, surgen imágenes que nos pueden revelar sucesos por venir; o respuestas a manera de corazonadas antes un problema actual que necesitáramos luz o consejo.
Forma de las llamas en la piromancia
La forma más básica de piromancia es aquella en la que el adivino o adivina observa las llamas, de un fuego ritual, una vela o alguna otra fuente de llama, e interpreta las formas que distingue en él. Dependiendo del color del fuego, de las características del ondear de las llamas, el chasquido que hacen las astillas y hasta la disposición de estas, generan todo tipo de mensajes para que estas personas, sensibles ante estos signos, puedan determinar qué clase de futuro tendrán las personas.
Las llamas pueden tomar diferentes formas cada una de ellas tiene un significado, te contamos los más comunes:
Animal: cada animal tiene un significado simbólico particular; sea cual sea la figura que hayas identificado entre las llamas, ten siempre presente que para nuestros ancestros un espíritu humano podía habitar el cuerpo de un animal.
Anillo: Se avecinan acontecimientos inesperados en su vida sentimental.
Árbol: Augura éxitos y triunfos, particularmente en el campo profesional.
Ave: La imagen de un águila o de un par de alas en movimiento son signos que se asocian con la advertencia, el aviso y la movilidad.
Cara: Indica tristeza o felicidad según la intensidad del resplandor de las llamas.
Corazón: Se identifica con el mundo emocional y amoroso, alguien muy querido del consultante está pensando en el.
Espada: Esta imagen, un puñal o una daga anuncian peligro. Si la imagen es la de un cuchillo, se avecinan tiempos de discusiones.
Flores: Advertencia de que en el futuro el consultante no deberá disgustarse ni incomodarse por causas vanas o insignificantes.
Fuente: Esta forma, así como la de un manantial o un río, se asocian a la alegría o a la dicha.
Mano: Un allegado al consultante necesita su ayuda.
Montaña: El consultante llevara a cabo sus proyectos con provecho.
Cómo funciona
Un modo de utilizar la piromancia es a través de la llama de una vela. Para ello tenemos que coger con las manos una vela que sea de un color que nos agrade. Encenderemos la vela con una cerilla de madera y nos tomaremos el tiempo necesario para observar con mucha atención los movimientos de la llama.
Si la llama se inclina a la izquierda indica que la respuesta es negativa. Señala que nos encontramos en una situación óptima para pensar nuevas variantes o proyectos, pero en mal momento para emprender acciones. También señala que deberíamos repasar lo ocurrido en el pasado más cercano.
Si la llama se inclina hacia la derecha la respuesta es positiva. También avisa de momentos importantes, que serán producto de nuestras acciones. La llama orientada hacia la derecha nos señala el futuro, nos anima a entablar nuevas relaciones, tanto de pareja como laborales.
Si la llama se mueve alternativamente de derecha a izquierda, anuncia la llegada de adversidades. Advierte del comienzo de tiempos de inseguridad, titubeo, desconfianza o temor, tanto en el plano personal como en el de las relaciones con alguien de quien nos rodea. Cuando se mueve repetidamente arriba y abajo, anuncia la llegada de cambios no previstos en la pregunta formulada, nuevas circunstancias que pueden modificar los resultados.
Si la llama se queda inmóvil y vertical señala que habrá inactividad, tiempos muertos, calma. Nos indica que debemos escuchar los consejos de quienes nos rodean. Sugiere calma y tranquilidad emocional, así como estabilidad psíquica y salud que se verá fortalecida.