Desde hace ya algún tiempo se han venido desarrollando estudios médicos en los que se ha comprobado que la interacción entre algunos animales y personas aquejadas de alguna enfermedad es muy beneficiosa. Al igual que otras terapias como la equinoterapia o las terapias con perros, la delfinoterapia favorece la recuperación de los enfermos estimulando su sistema nervioso central.
La terapia con delfines consiste en la interacción del ser humano con delfines, normalmente de la especie nariz de botella, guiado por un terapeuta. Con ella se intenta mejorar la calidad de vida tanto de niños como adultos que padecen serios problemas de salud.
Esta terapia natural se basa en la estimulación del sistema nervioso central del paciente mediante ondas ultrasónicas producidas por el órgano emisor/receptor del delfín. Esto, unido al contexto físico en el cual se desarrolla la actividad, es decir, el agua, aumenta la eficacia de la terapia. Además, predispone al enfermo hacia un estado de mayor receptividad produciendo un estado sinérgico que maximiza la eficacia de otras terapias. Hay que tener claro que la eficacia de esta terapia no se basa en el contacto con el animal, como en la hipoterapia, si no en el uso de ondas sonoras producidas por los delfines. Entre los resultados obtenidos, hay que destacar el aumento de la atención y concentración, y el desarrollo de las relaciones sociales.
Cómo funciona la delfinoterapia
Según los expertos, las ondas ultrasónicas que emiten los delfines generan endorfinas y otras sustancias que ayudan a mejorar la conexión entre las neuronas. Además incentivan el funcionamiento de ambos hemisferios cerebrales. Los cambios neurológicos y neuroquímicos que se generan se traducen en diversos beneficios físicos, emocionales e intelectuales. Entre ellos destacan mejoras en el sistema inmunológico, en la coordinación motora, en el estado de ánimo, el contacto social, y en el lenguaje.
Se ha observado por medio de la medición de las ondas cerebrales de los pacientes, que éstas cambian en presencia de los delfines hacia una armonización entre los hemisferios izquierdo y derecho del cerebro, lo que produce un estado de relajación. Es por ello que la delfinoterapia también se utiliza para tratar la depresión, ansiedad y estrés. Así, especialistas británicos descubrieron que niños con autismo o parálisis cerebral que nadaban y convivían con estos cetáceos presentaban notables mejorías. Sobre todo en su estado de ánimo, se relajaban con mayor facilidad y tenían mejor disposición a tener contacto físico. Además comprobaron que el contacto con delfines reduce el dolor y provoca que el sistema inmunológico se fortalezca. Por eso es muy útil en personas con enfermedades crónicas y terminales como el cáncer.
La delfinoterapia ayuda a desarrollar el lenguaje no verbal ya que incluye la expresión del cuerpo, la postura, y el dominio de uno mismo en un contexto diferente del habitual. Todo ello modifica las ideas que se han generado de una discapacidad o imagen corporal desorganizada.
Interactuando con delfines
La delfinoterapia se realiza a través de baños de contacto entre el animal y el paciente en el que se realizan ejercicios, juegos y caricias. A través de estos contactos se incrementa el optimismo, el paciente se tranquiliza a la vez que aumenta su seguridad y confianza.
En los niños, interactuar con los delfines a través del nado, el juego y las caricias aumenta su atención y su capacidad de comunicación. Los efectos obtenidos se perciben desde el primer día y se mantienen hasta seis meses después de la terapia. Para que este tratamiento sea eficaz debe constar de, al menos, de seis sesiones de 15 minutos, un día por semana.
Hay dos tipos de ambientes donde se lleva a cabo el nado: en estanques y en espacios naturales delimitados. Los estanques son piscinas muy grandes con una profundidad considerable. Los espacios naturales delimitados son zonas adyacentes al mar y comparten el agua y el fondo marino. Existen distintos programas de actividades con delfines, variando entre los distintos delfinarios. Hay programas especializados para niños, que se realizan en plataformas donde no es necesario nadar.
En los casos en que un paciente no se pueda costear la terapia, puede acceder a alternativas como el «Ciberdelfin«, una terapia con delfines virtuales. En esta modalidad, el paciente se acuesta sobre un colchón de agua y comienza a escuchar sonidos de delfines por unos altavoces, mientras a través de sus gafas de realidad virtual se ve rodeado de delfines. Los pacientes que se han sometido a este tratamiento virtual aseguran acabar cansados como si realmente hubiesen estado nadando con los delfines.
No todo el mundo apoya esta terapia
Los detractores de esta terapia opinan que, a diferencia de terapias como la acupuntura y el uso de hierbas medicinales, no existe instrucción académica formal para los terapeutas que trabajan con delfines. De ningún tipo, ni en universidades ni en institutos profesionales.
Además, una de las consecuencias más serias de este controvertido negocio, es el profundo daño que provoca en las poblaciones silvestres de delfines. Puesto que se convierten en objeto de capturas para abastecer a los nuevos delfinarios y reemplazar los individuos que mueren en los ya existentes. Las operaciones de captura provocan impactos en toda la población incluyendo abortos espontáneos y muerte.
¿Conoces esta terapia? ¿Has tenido alguna experiencia con ella? Comparte tus ideas con nosotros. Te esperamos.