Como ya expliqué en una entrada anterior, la regresión es un conjunto de técnicas que se apoyan en la hipnosis u otros métodos de alteración de estados de la conciencia, que hacen que una persona recuerde acontecimientos de sus vidas pasadas. Gracias a las regresiones podemos llegar a conocer mecanismos o comportamientos que nos condicionan en el presente.
Existen diferentes tipos de regresión dependiendo de cómo se percibe y qué es lo que destaca en ella. Encontrarás una breve descripción a continuación.
Tipos de regresiones
Una regresión se considera nítida cuando las sensaciones son claras, bastante semejantes a vivencias de episodios o eventos que se están viviendo. Los hechos, nombres de personas, lugares y datos que vienen a la memoria del paciente se relacionan, y éste siente una certeza íntima, absoluta, de su realidad.
La regresión es pictórica cuando las imágenes transcurren como si se estuviesen viendo en cine, y sinestésica cuando las escenas van acompañadas de sensaciones, tales como olor, calor, frío, peso, compresión, crisis alérgicas, lipotimia (pérdida pasajera del conocimiento, con debilidad de la respiración y la circulación), formas de epilepsia, o sentimientos de odio, venganza, susto, sorpresa, miedo, fobia o inseguridad.
La regresión intuitiva se caracterizan por recuerdos que se perciben inicialmente intuitivamente, simplemente como una sensación, y a medida que el trance hipnótico se profundiza y el paciente «se suelta», pasan a ser más definidos. La mixta es una combinación de vivencias nítidas, pictóricas, sinestésicas o intuitivas.
Antes de someterse a una regresión
Antes de intentar alguna técnica de regresión a otras vidas, es necesario meditar sobre los algunos conceptos para que la experiencia no sea traumática. Lo primero a tener en cuenta es la veracidad de lo que recordamos.
Se tiende a pensar que en la regresión siempre lo que se recuerda es la verdad. Hemos visto en la consulta personas en regresiones que decían haber sido abducidos por platillos volantes o que decían haber vivido en otra vida, hechos que luego no pueden ser constatados científicamente. En muchos de esos casos lo que no encontramos es simplemente una fabulación, del mismo modo que encontramos un sueño a veces. En general la persona cuando quiere hacer una regresión no te está mintiendo deliberadamente o conscientemente, pero si puede que esté falseando un poco los datos sin saberlo.
Cuando se hace una regresión y se encuentra un dato que aparece muy marcado y que es muy importante, se debería intentar en la medida de lo posible constatar si ese recuerdo tiene algo de cierto. Hablando con los familiares, pidiéndoles más detalles a la persona, consultando otras fuentes, etc. Pero no se debe automáticamente pensar que aunque lo diga llorando o con una reacción emocional fuerte, eso que nos cuenta sea verdad. Puede que lo sea, pero puede que no. De ahí, han salido muchas fabulaciones que luego han trascendido a nivel público.
Ley de causalidad
Todo efecto tiene una causa de inicio por más pequeña que sea. Muchas veces confundimos el efecto, con la causa, y no es así. Por ejemplo: la hipertensión no es una causa, es un efecto de una irregularidad alimentaria, y la irregularidad alimentaria es inducida por una postura incorrecta en la alimentación y fundamentalmente por los conceptos que estresan nuestro cotidiano.
Todo conflicto vincular, o sicológico o de condición social tiene una causa. Muchas veces esa causa es una opción nuestra incorrectamente tratada.
Muchas veces una herida de un enfrentamiento deja su huella a través del tiempo, en la piel del nuevo cuerpo que tomamos. Por ejemplo: manchas en el cuerpo, pueden ser restos de registros etéricos de heridas sufridas en vidas pasadas. Una relación actual de carácter conflictivo, puede ser la continuación de un problema no resuelto en el pretérito de una pareja, vivido en otro tiempo.
Karma
Cuestiones no resueltas en una vida, se transforman en débitos para una vida presente. Temas, relaciones, trabajos para con el prójimo, aprendizajes emocionales, etc. Eso es karma, una materia pendiente que siempre se puede negociar. El error es pensar que el karma no es mutable. El karma es plástico y se puede negociar y cerrar la cuenta de todo lo que, aparentemente, se debe. Muchas cuestiones emocionales o de enfermedades son cuestiones kármicas, especialmente enfermedades genéticas, que tienen un porque en la estructura etérica del ser humano siendo un aprendizaje pendiente.
Los rastros de la violencia que el ser humano ha sufrido durante siglos, deja sus huellas y desestructura una vida. Con una nueva vida, se re-estructura el cuerpo físico siendo una nueva oportunidad para reproducir el equilibrio -necesario. Los vínculos permanecen:
Por amor o por dolor, las personas permanecen vinculadas a través de los siglos y de los tiempos. Siempre es una cuestión de aprendizaje. Algo entre ellos hay pendiente para construir, o para remediar, o para compensar. Tanto el odio como el amor permanecen y une a las personas a través de las vidas. Lo que se debe asumir es que los roles parentales o de género, son rotatorios y puede ser que un hombre asuma el género femenino en una nueva vida para aprender cuestiones vinculares con una persona que también muta de sexo en una nueva vivencia conjunta.
Para mal o para bien, la búsqueda del equilibrio y la oportunidad de resolver cuestiones pendientes, siempre existen y vuelven a repetirse a través de los tiempos.
Auto-Perdón y Perdón a los demás
A través de los tiempos varias personas pueden estar ligadas por un conflicto no resuelto. Alguna vez, en alguna oportunidad deben terminar el conflicto. Lo deben terminar de forma “civilizada” de carácter evolucionado. El perdón, más que el reconocimiento de posiciones erradas y de acciones mal transitadas, es el desligamiento síquico de dos o más personas.
El perdón debe ser a uno mismo, y hacia los demás. Para uno mismo, se transforma en un sinceramiento que debe ser permanente, y hasta quizás tolerante: como un cultivo constante de auto comprensión de las grandes limitaciones y especialmente de las ignorancias en estos temas. El perdón hacia los demás debe ser unilateral. No es indispensable que sea consentido por la otra persona. Debe ser por iniciativa propia, la persona que es perdonada ya no cuenta. Es desconectada del rencor que los une, y el ser que perdona se quita de encima un peso enorme, o quizás una mochila que llevó durante siglos.