El tarot egipcio cuenta a través de sus cartas una historia basada en la mitología egipcia y que hace referencia al mito de Osiris. El mito de la muerte de Osiris y su resurrección por Isis se convirtió en la base de la fe del pueblo egipcio, confirmando su creencia en una vida después de la muerte.
Osiris era el dios de la resurrección, símbolo de la fertilidad y regeneración del Nilo. Es el dios de la vegetación y la agricultura; también preside el tribunal del juicio de los difuntos en la mitología egipcia. El mito de Osiris introduce en la religión las nuevas ideas del bien y del mal.
En el mito inicial, Osiris (el bien), es asesinado por su hermano Seth (el mal), quien lo arroja al Nilo, en donde lo encontrará Isis que con su amor le devuelve la vida. Con esa resurrección se establece el triunfo del bien sobre el mal.
Arcanos Mayores y el mito de Osiris
Existe una estrecha concordancia entre las tradiciones de los Arcanos Mayores y el Mito de Osiris. Las Cartas pertenecen de manera natural a dos grupos; las primeras, numeradas del 0 al 8, introducen a los principales dioses; las posteriores, del 9 al 21, cuentan la historia de la muerte y resurrección de Osiris.
En el Tarot Egipcio el mundo es creado por Amón (El Loco), este arcano en ambas tradiciones simboliza, tanto lo irracional inherente a todo ser, como la sabiduría suprema de aquel que al término de una larga búsqueda por último ha aprendido en la luz de su conciencia que “parecer estar loco es el secreto de los dioses”.
Su palabra se halla encarnada en el dios del tiempo, Thot (El Mago) que es el que transmuta los elementos, el que domina los aspectos diversos y contradictorios de la existencia humana.
La Suma Sacerdotisa es Isis, hermana y esposa de Osiris. Este arcano simboliza el principio pasivo de la mente, el aspecto subconsciente de la sabiduría, oculta en lo más profundo de nuestra mente, y que solo el iniciado, que sabe meditar en la soledad y el recogimiento, puede percibir. Luego surge Hator (La Emperatriz), otro aspecto de Isis que expresa el poder supremo, equilibrado por la inteligencia eternamente activa (El Mago) y la sabiduría absoluta (La Sacerdotisa). En el mundo intelectual, la emperatriz representa la fecundidad universal del ser. En el mundo físico, es la naturaleza en acción, la germinación de los actos, que deben nacer de la voluntad.
El primer soberano de este mundo recién creado es Amón-Ra (El Emperador) que representa la supremacía de la inteligencia, en el orden temporal y material. En el plano psicológico, el Emperador, invita a tomar posesión de sí mismo, a ordenar todo, en el sentido de la voluntad de poder y su sucesor es Osiris (El Sumo Sacerdote) es el que comunica su saber. Es el mediador entre Dios y el hombre. Es el poder moral y la responsabilidad conferida al hombre. Representa al pontífice, es decir, al puente, el nexo, la conexión entre dos planos: el material y el espiritual.
Los padres y abuelos de los dioses aparecen en Los Enamorados que representan la idea de unión y antagonismo, con todas sus consecuencias. El Carro muestra a Horus, hijo de Osiris e Isis, que simboliza el esfuerzo y la lucha del hombre para dominar las fuerzas y las limitaciones materiales, dirigido por su voluntad, inteligencia y espiritualidad, que logrará siempre y cuando, domine las tendencias antagónicas de su personalidad.
Cuando el poder de Ra mengua, la diosa Sekhmet (La Fuerza) que simboliza la energía de voluntad, dirigida a la realización de valores morales. Representa la fuerza moral, el poder interior que domina la adversidad, las pasiones y los instintos primitivos, salvajes y oscuros, que aún perduran en lo más profundo de nuestra mente inconsciente y del cual nos cuesta escapar. Debemos sublimar los instintos, no destruirlos.
El Ermitaño presenta a Osiris en su viaje hacia Oriente, en donde difunde el conocimiento de la civilización entre los pueblos salvajes. El Ermitaño es el sabio, el filósofo hermético, que apartado del mundo y de sus pasiones, busca el conocimiento superior.
En la Rueda de la Fortuna, el dios creador Jnumn se alza ante la siempre móvil rueda del destino. Además es un símbolo solar, es la rueda de los nacimientos y muertes sucesivas a través del Cosmos. La Rueda de la Fortuna representa la alternancia de la suerte, la dicha o la desdicha, las fluctuaciones, la ascensión y los riesgos de la caída.
La carta de La Justicia representa a Maat, diosa de la justicia universal, que en su balanza sitúa el alma del difunto en un platillo, y en el otro la pluma de la verdad.
Con el tiempo, Osiris retorna a Egipto, pero comprende que debe renunciar a su antes de poder progresar espiritualmente (El Colgado) por eso este arcano señala el final de un ciclo, el hombre que se invierte para sumergir su cabeza en la tierra, para restituir su ser, pensando en la tierra de la que fue formado. El Colgado es el arcano de la restitución final.
La Muerte representa el cambio profundo que sufre el hombre a través de la iniciación. El profano debe morir para renacer a la vida superior. Si no muere en su estado de imperfección se le niega todo proceso iniciático.
La Templanza representa la búsqueda de Isis y su hermana Neftis del cuerpo de Osiris. Después de La Muerte comienza un período de transformaciones alquímicas, representado por La Templanza.
El dios Set (El Diablo), ayudado por Apofis, asume el dominio de Egipto, esclaviza a su población y encadena a la Humanidad. Este arcano representa las poderosas fuerzas que pueden alejarnos del principio divino. Son las fuerzas desintegrantes de la personalidad.
Su representación en forma de semi bestia manifiesta simbólicamente la caída del espíritu. Osiris es descubierto, pero Set se apodera del nuevo cadáver y lo hace pedazos. Sus grandes obras son destruidas, sus templos quedan arruinados y su encarnación terrenal es destrozada para siempre (La Torre). Los seres humanos vivimos protegidos, pero también aprisionados en una torre, representada por la rigidez de nuestras estructuras mentales, de los conceptos que tenemos de las cosas, y fundamentalmente respecto de nosotros mismos.
Isis (La Estrella) reanuda su búsqueda, esta vez con la ayuda de Thoth. Por segunda vez se descubre el cuerpo de Osiris en pedazos. La Estrella presenta un simbolismo de creación, nacimiento y transformación, es el mundo en formación, el centro original del universo.
Nos recuerda que debemos armonizar con los grandes ritmos cósmicos. Este arcano simboliza la creación no acabada y perfecta, sino en vías de realización. Indica un movimiento de formación del mundo, o de sí mismo, un retorno a la naturaleza, a los centros de energía terreno y celeste.
La Luna simboliza la concepción mágica de Horus. Osiris muerto atraviesa las puertas del mundo inferior. Es el reino de la noche, lo oculto y lo desconocido. La vida nocturna, el sueño, lo inconsciente y la luna, son términos que se emparentan con el dominio misterioso de “lo doble”, por eso, en este arcano, observamos que hay algo visible y algo oculto.
Horus nace con perfecto equilibrio (El Sol), este Arcano Mayor muestra, al fin, después de todas las ilusiones nocturnas representadas por La Luna, la realidad, la verdad de nosotros mismos y del mundo. Después de haber recibido del “Sol” la iluminación, tanto material como espiritual, podremos afrontar “La Resurrección”.
El Juicio presenta a Osiris resucitado como el Señor del Mundo del Más Allá ya que esta carta se refiere a la auténtica resurrección. Significa romper y salir de las limitaciones de nuestra mente consciente, condicionada por las estructuras ilusorias del mundo fenoménico. Ahora, el hombre renacido, trasciende esos condicionamientos e inicia un nuevo proceso, donde el espíritu es el hombre verdadero. Finalmente se restaura el equilibrio universal en la diosa Nut, la diosa del cielo que es representada por el arcano de El Mundo que simboliza la totalidad de lo creado y del hombre.