La noche de San Juan es mágica y está cargada de energías. Un momento perfecto para deshacerse de lo viejo y abrirse a nuevos horizontes. Realmente la noche del solsticio de verano es la del 21 de junio aunque la Iglesia la ha adaptado a la festividad de San Juan que es el 23 de junio. Es cuando se celebra en el hemisferio norte, el día más largo del año por lo que la noche es la más corta del año y, justo en pleno solsticio de verano.
La noche de San Juan es una noche mágica en la que el fuego como elemento purificador es el protagonista. Los trastos viejos quemados en las hogueras significan la necesidad de eliminar todo lo que nos sobra. Ese es el propósito de este sencillo ritual para el que no es imprescindible hacer una hoguera, el elemento fuego puede ser una barbacoa e incluso la llama de una vela.
Ésta es una fecha mágica en las que la Naturaleza nos brinda su magia. Aprovecha estas fiestas para pedir un deseo, mejorar tus ingresos económicos, curar las dolencias e incluso aumentar tus poderes psíquicos o atraer el amor verdadero.
Tradiciones y ritos de la noche de San Juan
El apelativo de «verbena» se lo dio la costumbre practicada en algunos lugares por las jóvenes casaderas de ir a recoger verbena a las doce de la noche en la víspera de San Juan, creyendo que con ello conseguirían el amor del hombre deseado por su corazón.
Existe toda una tradición esotérica que gira en torno a la noche de San Juan y que se va extendiendo, hay quien cree que si pasea descalzo sobre el rocío de esa noche, tendrá buena salud todo el año. Colocar ramas de pino sobre las puertas protegerá la casa de rayos. Las hierbas medicinales recogidas la mañana de San Juan tienen mayores poderes curativos. Algunos creen que sus cultivos estarán a salvo de plagas si los humean con hierbas encendidas en esa noche. Que encender hogueras con cosas viejas alejará los malos momentos pasados. Y que pasar por encima de las hogueras evitará distintas dolencias a lo largo del año.
Incluso hay quien asegura que si alguien se coloca debajo de una higuera con una guitarra en las manos durante toda esa noche, a la mañana siguiente sabrá tocar el instrumento o que si una mujer se mira desnuda y de espaldas en un espejo a media noche, a la luz de una vela, verá el momento de su muerte.
Ritual para eliminar lo caduco en nuestra vida
Hacemos una lista en papel con los elementos a nivel físico, emocional o mental que consideramos que ya no tienen espacio en nuestra vida, que han cumplido su papel, tal vez incluso hayamos aprendido con ellos y nos han fortalecido, pero que queremos eliminar.Puede ser cualquier aspecto: desde dolores de cabeza a ataques de mal genio, pesimismo, miedo a los cambios, apegos materiales, …
El día 23 a las 12 de la noche quemamos este papel en la hoguera de nuestra localidad o, en su defecto, en una vela. Como la energía sigue al pensamiento, es importante tener la convicción de que queremos abandonar esos aspectos y dejar espacio a otros nuevos y más enriquecedores.
Ritual para proteger el hogar
El día 21 de junio por la mañana abre todas las ventanas de tu casa para que se vayan las energías negativas. Luego, al caer la tarde, reúne los siguientes elementos en un pequeño altar o en una mesita cubierta con una tela blanca.
Tres velas blancas.
Un jarrón con claveles blancos.
Una hoja blanca en la que dibujarás una casa.
Barrita de incienso de mirra.
También un cuenco en el que hayas mezclado las siguientes hierbas: dos partes de artemisa, dos partes de eneldo, una parte de enebro, una parte de comino y una parte de pimienta.
Antes de la medianoche pon a hervir todas las hierbas hasta que el agua llegue al punto de ebullición. Después retíralas del fuego y déjalas enfriar. Cuando sea medianoche enciende las velas y deja que ardan hasta que se consuman por completo. Mientras tanto, rocía con la infusión siete veces cada rincón de tu hogar en el sentido de las agujas del reloj al tiempo que visualizas en tu interior cómo los poderes mágicos de las hierbas protegen tu hogar de todo mal.
Quema el papel con las llama de las velas y deposita la ceniza en un pequeño tarro de cristal, preferiblemente opaco, y mete en él algunos pétalos de los claveles y algo de los restos de cera que las velas dejen. Pon este improvisado amuleto en algún lugar escondido de tu casa hasta el próximo año.